Este fin de semana me he marchado a Asturias para realizar un encargo muy especial, tanto por quienes me lo han pedido como por lo diferente del soporte. Os explico… me ha tocado pintar un “cuadro” pero en vez de hacerlo en un lienzo o en un pared como suelo pintar habitualmente, esta vez he plasmado mi estilo en unas mesillas.
La verdad es que me ha resultado una experiencia muy enriquecedora, ya que nunca me había enfrentado a algo así y lo he disfrutado cada segundo… la idea que quería llevar a cabo era la de realizar un cuadro como si las dos mesillas fuesen un sólo lienzo pero cada una siguiendo una gama cromática a gusto de los dueños. Así pues la gama predominante en una de ellas ha sido la azul mientras que su gemela se ha quedado con el rojo.
A continuación os dejo las imágenes de antes, el proceso y el después. ¡Espero que lo disfrutéis tanto como yo!
qué chulada!!!
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Gracias 😀
La verdad es que han quedado mejor de lo que había imaginado en mi cabeza, estoy muy contenta con el resultado.
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