
Max Zorn es un artista callejero que vive en Ámsterdam cuyo material principal para crear sus obras de arte es la cinta de embalar, sí la cinta marrón de toda la vida y que cada vez que la sacas de su rollo a ti se te pega y se te estropea, esa misma. De ahí que esté maravillada con lo que este artista es capaz de crear con ella.
La cinta adhesiva se lleva usando desde hace años en el arte callejero, “nunca ha sido raro ver cinta de color en las paredes y en las calles. Pero más recientemente, ha conquistado de las calles como una nueva forma de arte urbano”, dice Zorn. En su caso, la idea de crear arte callejero con cinta en vez de con pintura le vino después de ver trabajar a un amigo en un taller de diseño de cocher, “estos chicos suelen utilizar cintas delgadas esbozar sus ideas en grandes tableros. Me sorprendí al ver, la rapidez con que podrían crear bocetos impresionantes con ella“, dice.


La cinta como material tiene el beneficio de ser ligero y fácil de usar. Zorn comenzó decorando antiguas farolas ubicadas por todo Ámsterdam para ir perfeccionando poco a poco la técnica. A base de aplicar varias capas de cinta va creando sombras, profundidad e imágenes (los rostros suelen ser los que menos capas necesitan). Tras la finalización del dibujo lo coloca en una fuente de luz para crear efectos. A continuación os dejo un video de cómo realiza sus dibujos. Merece la pena verle en acción porque crea unas imágenes muy potentes y muy bien construidas.
Max Zorn ha revolucionado el arte callejero creando una nueva técnica en la que la luz y las sombras cobran protagonismo, sobre todo, las luces.