Lynsey Addario es una fotoperiodista americana (1973) que, actualmente, reside en Estambul. Suele trabajar como freelance para National Geographic, el New York Times, el New York Times Magazine y otras tantas publicaciones. Su trabajo se centra, sobre todo, en los conflictos bélicos y en los derechos humanos, con especial atención al papel que tienen las mujeres en las sociedades tradicionales.

Lynsey, al igual que otros muchos fotoperiodistas, está hecha de otra pasta. Para realizar el trabajo que hace, se necesita no sólo un valor inconmensurable sino un compromiso a prueba de todo tanto a nivel profesional como personal para que conozcamos lo que pasa en las zonas de conflicto. Su vida está constantemente en peligro. De hecho Lynsey, que ha cubierto para The New York Times los conflictos bélicos de los últimos años (Libia, Gaza, Afganistán, Paquistán e Iraq), ha sufrido en sus propias carnes tiroteos, agresiones e, incluso, abusos en varias ocasiones llegando a creer en una ocasión que estaba a punto de ser ejecutada (en 2011 fue secuestrada en Libia junto a otros cuatro periodistas de The New York Times a manos de las fuerzas de Muamar el Gadafi).
En esos terribles momentos se promete que no volverá a hacer pero a la vuelta es más fuerte la necesidad de volver a las zonas de conflicto para dar visibilidad a lo que está ocurriendo que el miedo y los temores que se puedan tener.
Los fotoperiodistas aman la adrenalina y vivir intensamente, los viajes, etc. pero, sobre todo, proteger sus cámaras y lo que con ellas captan para restrasmitírselo al resto del mundo.


De sus más de quince años de trabajo como fotoperiodista, Lynsey ha publicado este año su autobiografía It’s What I Do: A Photographer’s Life of Love and War. Por la que Steven Spielberg se ha interesado y que próximamente llevará al cine.

Ha ganado numerosos premios, incluyendo El Award of Excellence from Pictures of the Year (1999) o el Fuji Young Photographer en Perpignan (2005). En 2002 el Photo District News le consideró uno de los 30 fotógrafos emergentes del año.
Parte de su trabajo con los Talibanes (2008) le valió el Premio Pulitzer en 2009 al mejor reportaje internacional.
Hay imágenes sobrecogedoras dentro de todas sus series, también duras, cruentas, humanas, amables, esperanzadoras pero, sobre todo, son imágenes que nos trasladan a las zonas en conflicto y nos muestran otro lado de la moneda. Merece la pena pasarse por su página web y tomarse un tiempo para ver sus fotografías.
Imágenes tomadas de la web del artista.